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Es increible lo que genera este hombre en los radioescuchas. Las eternas colas durante la semana para poder rescatar una de las entradas para presenciar su espectaculo lo demuestran..las mismas se extienden desde tempranas horas de la madrugada hasta las 10 de la mañana, hora en la que se abren las puertas para entregar dichas entradas.
Yo me entere de su programa hace unos años a traves de un matrimonio amigo, el cual todas las noches religiosamente se acostaban a escucharlo. Me resultaba intrigante esa especie de devocion por un programa radial que sentian..
Un dia me decidi y encendi mi equipo para esperar pacientemente que se hiciera la medianoche y sintonizar Radio El Espectador y sacarme la duda de si este programa realmente era tan bueno y podia captar la atencion de un chico, o si tan solo era un programa del que podia disfrutar un matrimonio de gente ya adulta....
Desde el primer momento me atrapo..era real..fascinaba..atraia..cautivaba..ya la presentacion del programa tenia algo diferente..distinto a todo aquello que yo imaginaba que podia ocurrir en AM y a esa hora de la noche..algo bueno parecia estar llegando..
..y ahi aparecio..por primera vez en mi vida, la voz del negro, una voz que desde un inicio me inspiraba cultura, sapiencia, calle, mundo, bar, bohemia...
Ya pasaron casi 7 años desde la primera vez que escuche al angel..la venganza..y con mucha alegria me doy cuenta que las nuevas generaciones de gente joven se identifican mucho con el y su programa..
Hoy tengo, a treves de mi blog, la posibilidad de que ustedes tambien conozcan algo de Alejandro Dolina y su Venganza sera terrible...

Esto que les dejo a continuacion es una reseña y parte de una entrevista extraido de http://www.geocities.com/alicia_tormo/dolina/dolina.htm...espero que sirva para seguir difundiendo a este ilustre personaje

Alejandro Dolina conduce de lunes a viernes por Continental (590 AM) "La venganza será terrible" . El programa, aunque lleva más de 10 años saliendo al aire y ha cambiado de nombre, instaló de 0 a 02 am en la radio un sentido del humor con fieles oyentes que suma cautivos de cada vez menos edad. Dolina se prestó a charlar con Trópico después de finalizar la transmisión de un lunes y posó para las fotos en el subsuelo, ya vacío, del viejo Café Tortoni. El público puede presenciar la audición en el Café de lunes a jueves y los viernes la emisión se traslada al Teatro Presidente Alvear.
Hombre de radio: "Yo no soy un hombre de la radio ni tengo una teoría sobre la misma. Me parece que lo que hacemos nosotros aquí tiene que ver con el somero conocimiento de otras disciplinas pero, francamente, no creo que entre ellas figure la radio. Todo esto hace que mi opinión sobre el medio sea insolvente. Lo que menos me gusta de la radio es algo difícil de definir porque el medio no está a salvo de la imposibilidad que rige en todos los órdenes de la vida nacional. Es imposible caminar más de quince minutos sin encontrar un estúpido.
Esto lo digo desde las colinas de la estupidez porque no me postulo como superior a nadie. Como oyente, lector, o como ciudadano común, la insolvencia se instala cada diez minutos. La radio no podía ser tan afortunada como para librarse de ese espantoso mal. La nuestra es una sociedad muy castigada pero no viene al caso analizar en este momento las causas. Hasta la mera tanda tiene una estética insoportable. Todo eso es lo que me disgusta de la radio. Pero la pereza y la facilidad no son propias solamente de la radio sino de toda la sociedad argentina.
En este momento disfruto mucho del programa cultural que hace Osvaldo Quiroga los sábados en Radio América. "El refugio de la Cultura" me parece un programa impresionante y único. No existe un programa como este y mucho menos con el nivel de excelencia que tiene. No solamente está dedicado enteramente al mundo de la cultura sino que logra interesar a la gente. Como oyente disfruté mucho de los programas que ha hecho Enrique Pessoa. Siento una gran admiración por Antonio Carrizo. Respeto mucho todo lo que ha hecho Larrea aunque por razones de horario no lo puedo escuchar ahora. Son propuestas radiales de otra clase sumamente respetables y llenas de creatividad."

Cuando Alejandro Dolina habla de su madre primero le brillan los ojos, despuése esboza una sonrisa, y al final termina riéndose. Delfa Virginia Colombo, que murió en 1994, a los 72 años era, por sobre cualquier cosa, una mamá divertida. A tal punto, que su hijo no duda en afirmar: "yo heredé algunas virtudes y muchos de sus defectos . "

- ¿Por qué lo dice?

- Porque esa maestra de primaria, lectora ávida pero desordenada, y fanática del cine, tenía una visión muy particular de la vida. Alejandro sostiene que su madre tenía dos características: sabía ser feliz y concebía al mundo como un gran escenario, donde ella representaba sus propias obras. Para entender la verdadera dimensión de esta afirmación, nada mejor que el relato del propio Dolina. Un retrato que además de mostrarla tal cual fue, explica por qué su hijo es quien es. En los años 50 pasaban por radio un programa que se llamaba "Cómo conocí a mi marido". Era un concurso donde las mujeres mandaban una carta en la que contaban su historia. Si al libretista Ariel Cortazo le gustaba el relato, lo teatralizaba y lo representaban para los oyentes.Además, había un premio, porque el concurso era patrocinado por "Lanas Disma".

Mi vieja había conocido a mi viejo en el Club Institución Sarmiento de Santos Lugares. él era contador, ella maestra -mi maestra-, se casaron y chau. Pero la historia que ella mandó a la radio fue muy distinta. Según su carta, había quedado ciega en un accidente y se enamoró de la voz del médico que la había tratado. Él la operó, le devolvió la vista, y también se enamoró de ella. Tanto, que terminaron casándose. Apenas leyó la historia, Cortazo la llamó por teléfono y le dijo que la esperaba en la radio para ajustar algunos detalles. Ahí fue cuando mi vieja se dio cuenta que había metido la pata, y le dijo que no podía ir porque estaba embarazada. Fue lo peor que podía haber dicho, porque los de la radio vinieron a casa. ¿Cómo se iban a perder semejante historia de amor? Me encerró en la cocina, se puso una almohada para simular el embarazo, y le metió para adelante. El problema es que justo en ese momento, cuando estaba en lo mejor de su representación, cayó mi viejo. Así era ella. Cuando murió, vivíamos juntos. Hasta hace quince minutos anduvo por la casa riéndose, y yo estaba a su lado. ¿Qué más le puedo pedir a la vida?


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